El arte de estar presente - Cómo la práctica de ‘mindfulness’ puede recuperar el entusiasmo en las organizaciones

El arte de estar presente - Cómo la práctica de ‘mindfulness’ puede recuperar el entusiasmo en las organizaciones



Número 254 de Business Review


Cualquier intento de transformación organizacional tiene que empezar con cambios en las personas. Para conseguirlo, los líderes del siglo xxi deben buscar herramientas que faciliten la resiliencia, fomenten la creatividad, mejoren la toma de decisiones o estimulen su empatía. Recursos como el 'mindfulness', consistente en prestar atención a lo que está sucediendo en nuestra mente, cuerpo y entorno en el momento presente, se postulan como una opción a tener muy en cuenta


Artículo de Andrés Martín Asuero, Rubén Llop


En las prácticas de gestión y de formación contemporáneas, hablar de cambio, crisis y transformación es una constante que, como en otras ocasiones precedentes de la literatura de las escuelas de negocios y de las modas de gestión, corre el riesgo de ser uno más de los términos que quedan vacíos de contenido, completamente desgastados o denostados. Si bien es cierto que la continua y acelerada transformación de los individuos, de las organizaciones y de las sociedades es evidente, no parece serlo la manera de acometer estas incertidumbres –ni los habituales sobresaltos que les acompañan– de una manera sistemática y eficiente. Suele cometerse el error de confundir las herramientas a utilizar para “gestionar” el cambio (especialmente la formación para adquirir nuevos y mayores aprendizajes) con el instrumento clave (y único) que puede liderar los procesos de transformación requeridos para la supervivencia de las organizaciones y la sostenibilidad de las realidades sociales contemporáneas: la persona.
Así, formaciones en habilidades directivas, gestión por procesos, Lean, Six Sigma, trabajo en equipo, negociación, comunicación efectiva, liderazgo… pueden –y suelen– caer en un intento de transmisión de contenidos y conceptos cuyo impacto rara vez excede al período específico de formación. Nuestro acercamiento al liderazgo en estos procesos de transformación, tanto en lo que se refiere a una transformación empresarial como a una social, consiste en la búsqueda del compromiso individual, de un autoliderazgo que, conectando con la intención y el propósito de un determinado individuo, genere que este decida alinearse con un bien mayor y más complejo, el que representa un determinado proyecto, empresarial o social, en el que interacciona de manera constructiva y proactiva con otras personas. Y es que ningún intento de transformación organizacional que desee ser exitoso partirá exclusivamente de un conocimiento exhaustivo y detallado de una serie de herramientas de gestión por potentes y útiles que pudiesen llegar a ser ni por necesarios y convenientes que sean la acumulación de conocimiento y el desarrollo de las habilidades y capacidades que de dicho conocimiento se deriva.
El éxito de una determinada transformación, que es la cocreación de un futuro emergente y mejor, solo puede partir de la transformación individual. De encontrar y definir una intención y un propósito que permitan la mayor y mejor contribución individual, orquestada en un trabajo en equipo de individuos comprometidos que, ahora sí, con las herramientas adecuadas, alcance resultados extraordinarios en un período extraordinariamente corto. Para ello, el primer paso a dar podría ser cultivar la habilidad de prestar atención de forma deliberada al momento presente sin establecer juicios; es decir, incorporar el mindfulness en la organización (algo que, aunque no te hace llegar al destino marcado, sí invita a abandonar la situación actual). Y, desde aquí, generar compromiso y entusiasmo. Los resultados extraordinarios, que son el destino, se alcanzarán desde ese compromiso.


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